Experimentando y aprendiendo Design Thinking

El pasado sábado tuve la suerte de impartir un taller sobre fundamentos del Design Thinking en Rana Cowork. Y digo “suerte” porque para mí es un disfrute poder compartir metodologías que utilizo en mi trabajo cotidiano desde hace tiempo y extenderlas más allá de las fronteras del diseño y la arquitectura.

Empezamos la mañana sentando las bases; viendo el origen, el proceso y las posibilidades que nos ofrece el Pensamiento de Diseño (así es como se traduce al español el término Design Thinking).

Pronto pasamos al planteamiento de un reto que nos guiaría durante el resto de la mañana. A la hora de diseñar este tipo de talleres, nos gusta centrarnos en problemas vinculados a la realidad actual de la sociedad. Y así lo hicimos, buscamos una situación en Valladolid, que fuese cercana y conocida para los asistentes.

Las cuatro horas que compartimos fueron muy dinámicas, y en la sala se podía respirar una alta emocionalidad y ganas de plantear soluciones desde el inicio.

Fue un grupo heterogéneo en formación y edades, y está bien. Como ya decía en mi anterior post, no necesitas ser diseñador para poder usar y beneficiarte de esta metodología. Además, la diversidad y el fomento de un entorno colaborativo da lugar a ideas más ricas.

La mañana pasó rápida, los alumnos fluyeron durante el taller y trabajaron duro para resolver el reto planteado. El tiempo era limitado, y sin embargo, salieron propuestas interesantes para concluir el taller.

Una de las cosas más valoradas al finalizar taller fue la posibilidad de experimentar el proceso completo, ya que los alumnos salen preparados para poder poner en marcha una sesión bajo enfoques de Design Thinking.

Quiero expresar mi agradecimiento a los asistentes que hicieron posible que el taller saliera redondo. Muy implicados en la resolución del reto, haciendo que mientras experimentábamos distintas herramientas, pudiésemos disfrutar aprendiendo la metodología de Design Thinking.

¡Ahora sólo falta ponerlo en práctica!